El animador o la animadora deberá programar múltiples actividades de expresión para responder a las necesidades que tengan las personas usuarias durante su tiempo libre. Sin embargo, esto no supone que tengamos que ser una persona experta en la narración de cuentos o historias, ni saber muchas canciones y danzas, ni ser un excelente director o directora de representaciones teatrales y otras escenificaciones, ni una persona hábil como tallerista.
Una de las claves para diseñar y desarrollar estas actividades es la CREATIVIDAD.
- La creatividad, una herramienta básica.
La creatividad implica descubrimiento, imaginación, soluciones originales y novedosas a los problemas que nos surgen diariamente.
A veces nos preocupamos mucho por aprender ideas, teorías y conocimientos ya existentes, pero nos ocupamos poco por crear, inventar, producir nuevas ideas.
Sin lugar a dudas, los animadores y animadoras tienen que ser personas creativas, dispuestas a innovar, a imaginar, a tener una mente abierta para aceptar lo novedoso y a ser capaces de proporcionar respuestas originales a las necesidades que se presenten.